La imagen que surge de lo visual es fascinante. 🎥
Y la imagen que surge de lo auditivo es espectacular. 🎙️
Porque los escenarios y la apariencia de los personajes se construyen solo con sonidos y eso hace que las voces, las músicas y los efectos se amplifiquen.
Ya no son una parte de una escena. Son la escena.
Y entonces, cobran una nueva dimensión.
La mirada del oyente 👁️👁️ se convierte en algo muy personal.
Las imágenes que surgen en la persona que escucha son una mezcla fantástica de referentes, recuerdos e imaginación.
Lo que crea en su cabeza es un escenario muy personal y muy propio.
Y eso da lugar a muchas asociaciones absolutamente personales.
Arbitrarias.
Absurdas.
Geniales.
¡Y menos mal que tenemos estos espacios en los que no nos lo dan todo hecho!
Que sí, que está estupendo que las calculadoras sumen por nosotros, que Maps nos indique cómo ir al barrio de al lado, que Perplexity escriba por nosotros, pero ¡por Dios! ¡Que nosotros participemos también en las historias que nos ocupan! Que luego llega un apagón y no sabemos ni dónde comprar pilas.
En ese dejar volar lo que surja a partir de lo que escucho, a mí, me vienen siempre asociaciones estrafalarias.
Hay audioseries que veo en blanco y negro; por ejemplo, Esperando al diluvio. Puro cine noir. Hay ficciones sonoras que veo con un clarísimo tratamiento del color. Premonición, por ejemplo, está contada en azul grisáceo.
Escuchar una historia con la debida atención puede desplegar ante ti una pantonera de voces de todos los colores. Y a mí, también me suele llevar a los elementos de la naturaleza.
En los primeros minutos de una ficción sonora, ya he situado las voces metálicas, las de madera, las acuosas que dan fresquito, las fogosas que meten ardor…
Y cuando trabajo en una ficción sonora o en Crímenes. El musical (un periodístico atado a los datos, aunque haya lalalá 🎷), pienso en una composición alquímica donde haya voces de todos los sabores. Esa variedad es imprescindible para que se diferencien unos personajes de otros. Pero es que, además, hace ese mundo más grande, rico y espacioso.
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En Crímenes. El musical, tenemos un maravilloso sonido a madera: el presentador de cada capítulo, el locutor que anuncia el episodio, la voz que homenajea a las radionovelas. ¡Pedro Toro!
Y, además, lo escucharás como algún personaje secundario en otros muchos capítulos. Pedro Toro es un habitual de nuestras ficciones porque su voz es rotundamente poderosa. Y porque lleva dándole al micro más de 20 años, en programas de radio, ficciones y audios para exposiciones.
Otro tipo de voz imprescindible, para mí, es la metálica. ¡Me maravilla! Por sus afilados y esas notas intermedias que no nos suenan nítidamente graves ni agudas. De esta variedad, tenemos al actor Ramón Yrala.
Ramón Yrala es el reportero que entrevista a la portera de la corrala donde vive la Matilde, en el capítulo 8 de Crímenes. El musical. Este actor es un habitual del teatro y lo escucharás también en esta serie como agente, capellán, periódico, borracho, comisario, boletín oficial, juez y ¡otras cosas del querer!
Hay buenos filtros para las fotos y buenos programas para editar la voz. Pero lo mejor es caer en las manos de un buen cronista y que él construya tu imagen.
Nosotros hemos tenido la suerte de que nos cuente Luismi Pedrero, uno de los periodistas del imprescindible Audiogen 3x3. Aquí tienes lo que dice.
Salud y gigavatios,
Mar
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