Concha Robles: asesinada en plena obra de teatro
¡Estamos de fiesta! ¡Por dos motivos! 🙂
1. Simulacro, el thriller psicológico especulativo que hicimos con Turismo de Canarias, ha ganado un Ondas a Mejor Branded Podcast.
2. Ha vuelto Crímenes. El musical y esta es ya la cuarta temporada.
El primer episodio está dedicado a la actriz Concha Robles. Y aunque hoy no es muy conocida, a principios del XX, no había quien no supiera de ella.
Era la primera actriz del Teatro Español y venía de trabajar en las mejores compañías teatrales: la de Rosario Pino, María Guerrero, Ernesto Vilches…
Pero su vida cayó en un abismo cuando conoció a un capitán de caballería, llamado Carlos Berdugo, que parecía un galán irresistible y, en realidad, ¡era un mamón insufrible!
Fue terrible el matrimonio, terrible la separación y terrible cómo acabó esta historia que te contamos en el E1 de Crímenes. El musical.
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Si relatamos estos crímenes famosos de la España de nuestros bisabuelos y tatarabuelos es para conocer mejor cómo eran entonces. Lo que queremos es adentrarnos en sus vidas y descubrir los debates que se generaron en aquellos tiempos y que repercuten en la sociedad de hoy.
Lo que ocurrió después del crimen de Concha Robles fue un debate profundo sobre los celos, ¡los malditos celos y esa estúpida idea de que son una prueba de amor!, y también originó una reflexión sobre el concepto de honor, ¡otra pamplina que destruye vidas de la forma más ridícula!
Con el tiempo, este crimen de principios del XX se fue olvidando y la figura de Concha Robles desapareció. Al olvido de los años, se sumó el olvido que impuso la dictadura de Franco, a la que solo le importaban las mujeres para parir, fregar y las refriegas (como dirían después en las pelis del destape 🤣).
A punto estaba de terminar el siglo XX cuando otra vez se empezó a oír el nombre de Concha Robles. Y lo curioso es que fue una especie de campaña publicitaria inesperada. Atípica. Porque alguien la recordó en un periódico local y la cosa acabó propagándose como una historia de fantasmas.
Te contamos este giro estrafalario en una entrevista, exclusiva para los socios del club El Extraordinario, con una de las personas que mejor conocen lo que ocurrió. Con el periodista almeriense Antonio Sevillano.

Hay en Crímenes. El musical una mirada que busca lo estrafalario, lo sorprendente, lo surrealista. Por eso tenemos tantísimo interés en contar los detalles. Porque esas notas pequeñas dan dimensión a las escenas. Y aquí voy a enlazar con un genio de la fotografía que admiro mucho y que es un maestro para educar la mirada: Martin Parr.
Volví a acordarme de él cuando leí este artículo «Yo soy Martin Parr»: el genio de la fotografía que retrata lo absurdo de la sociedad. Es de una revista que me encanta, CC/magazine, y basta con el primer subtítulo del reportaje para conocer una de las claves de la obra de este fotógrafo: «Un espejo ácido de la realidad». ¡Eso es! Ese es también el subtexto de Crímenes. El musical. Mostrar lo grotesco de nosotros mismos y de nuestra sociedad.
Hay otro subtítulo en este artículo que me parece imprescindible para cualquiera que se dedique a la comunicación: «El arte de incomodar y fascinar». Eso es lo más poderoso del arte en general. ¡Conmover! Provocar admiración y rechazo a la vez. Como lo que te producen esos personajes de ficción que amas porque los odias. Porque te dan una vergüenza ajena que te mueres. Un Greg, de Succession o un David Brent, interpretado por Ricky Gervais, en The Office.
Hay otra aspecto muy inspirador en este artículo. Dice que Parr «no solo documenta la realidad; la deconstruye con su particular visión». Eso es lo que aportan los grandes autores, los que nos dan nuevos significados y recolocan las ideas que teníamos de las cosas. Y me quedo con algo más que merece la pena saborear. Ese párrafo que dice: «¿Nos reímos con sus imágenes (las fotos de Parr) o de nosotros mismos? Esa ambigüedad es la clave de su poder. A través de su lente, Parr nos enfrenta a una sociedad que coquetea con lo absurdo, lo banal y lo grandioso al mismo tiempo».
¿No es eso lo que nos fascina a tantos? Lo absurdo y, a la vez, grandioso.
Salud y absurdo,
Mar