Bailar es pintar en el aire
Bailar es pintar en el aire
Me quedé atónita cuando escuché a la luchadora y bailarina Lola Martínez decir que «bailar es pintar en el aire». ¿Alguien tiene una definición mejor? 🤫
En #LaFabulosaCondiciónHumana llevamos ya unos fascículos (¿unos capítulos?, ¿audiofascículos?) intentando ver esas conexiones obvias, y a la vez tan sutiles, entre el arte, el deporte, el lenguaje, el juego… y resulta que una deportista adolescente tiene clarísimo algo que nosotros andamos buscando como una piedra filosofal.¡Fascinante!
Lola Martínez baila break dance y puede que la veamos en los Juegos Olímpicos de París, de 2024, compitiendo en esta nueva modalidad. Por eso en este fascículo de La Fabulosa, el E4, oirás break pa rato.
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Pero esta semana no solo nos está agitando el break dance. Todavía estamos sacudidos y arrollados por una tragedia de esas que te estrellan contra los abismos.
Resulta que había una persona que era un genio de nuestra época. Era un periodista llamado Mario Tascón que avanzaba y retrocedía por el tiempo con la insuperable pértiga de su pensamiento.
Tascón era capaz de ver mucho antes que los demás lo que vendría después. Por eso, en El Extraordinario, cuando, azorados, nos preguntamos qué era eso de las criptomonedas y de los NFT tuvimos que llamarlo y, como siempre, acertadísimo, nos contó algunas cosas que puedes escuchar en este capítulo de Alicia en el país de las criptomonedas.
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Ocurría igual cuando el pasado nos ponía en apuros porque no nos dejaba entenderlo con claridad. Ahí estaba Tascón, desenredando, explicando, dando a todo esa lucidez y brillantez tan suyas. Y eso es lo que hizo en este capítulo de La gran carrera de mensajes.
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Pero ocurrió que tanto entendía el futuro y tan bien se movía en él, que el futuro quiso llevárselo, como un tesoro, para él solo. Nos lo arrancó del presente y nos dejó en un desamparo absoluto.
En estos días tristes, en los que el tiempo es circular, los recuerdos se hacen redondos. Se van uniendo en círculos concéntricos que muestran los reflejos de todos los tiempos. Y así, pensando en nuestro Mario de hoy, recordé a otro Mario de hace un siglo.
Aquel Mario se apellidaba Roso de Luna. Era escritor, astrónomo, teósofo y miembro de la Real Academia de Historia.
Poco tenían en común los dos Marios en su forma de pensar. Pero ocurrió un giro orbital que los unió en un mismo punto. Roso de Luna salía a menudo a mirar las estrellas y una noche de 1893 descubrió un cometa. ¡☄️! Fue un momento genial para el firmamento porque, desde entonces, añadió a su inmensidad un astro de nombre bellísimo: Roso de Luna.
Este verano, en ese encuentro creativo tan entrañable que organizaba Tascón, en el congreso de ingenio Estar en Babia, una noche, salimos todos a observar las estrellas.
Andábamos buscando luces, astros y halos intentando ponerles nombre. ¿Sería eso la osa mayor? ¿Acaso aquello sería Venus? ¿La Vía Láctea… eso de allá? Lo que no podíamos ni imaginar entonces es que ahora necesitaríamos un lucero, allá en el cielo, que se llame Tascón. Para tenerlo ahí siempre como lo que siempre ha sido: nuestra estrella, nuestro faro, nuestro guía.
Salud y eternidad,
Mar