Una puerta es un «tú sí» y un «tú no»
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Tú, ¡dentro! Tú, ¡fuera!
¡Alto! No olvides que las puertas se inventaron para algo. Las puertas (de madera, hierro, paja…) y los puertas (esos tíos cachas) están ahí con una función: que unos entren y otros no.
De eso va el nuevo capítulo de La Fucking Condición Humana.
De las estrategias que usamos para excluir a otros.
De construir utopías dejando a otros fuera.
Este episodio, titulado Puertas, habla de las discotecas de Nueva York, de la famosa Berghain de Berlín, de las puertas de las ciudades medievales...
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Lo cuentan personas que han trabajado en discotecas y que han intentando entrar hasta tres veces, y a fuerza de cambiarse de ropa y peinado, han conseguido camelar al puertas y pasar a la fiesta.
Ashley Mears
Esta socióloga, escritora, y antes modelo estuvo 18 meses infiltrada en discotecas megacaras para describir lo que ocurría ahí dentro. Y cuenta cosas como esta:
«El tren de botellas se produce cuando las camareras apodadas 'chicas de las botellas’ sacan champán con bengalas».
Juanito Jones
Este arquitecto adopta una actitud cuando quiere entrar en Berghain:
«En general, cuando estoy en la cola, nunca hablo con nadie. Pues existe una de estas leyes no escritas de Berghain que dice que, en realidad, cuánto más desapercibido pases, en teoría, mejor».
Y en el próximo episodio, Alicia vive una nueva aventura. Esta vez cae por un hoyo digital y va a conocer a expertos en criptomonedas, NFT y metaversos.
De eso va la vida: quién entra y quién no.
¡Adelante!
Mar